Mediante una marcha, la Federación de Estudiantes de la Universidad Autónoma de Sinaloa (FEUAS) recordó el 2 de octubre de 1968, fecha emblemática para la historia estudiantil en México; con la participación de moradores de las casas del estudiante, 57 años después de la masacre de Tlatelolco, evocaron la valentía de quienes alzaron la voz por democracia, justicia y libertad; demostrando la unidad de la comunidad universitaria actual.
El recorrido partió de la emblemática Catedral de Culiacán y avanzó por las principales calles del centro de la ciudad hasta culminar en la explanada del Edificio Central de la Casa Rosalina; durante el trayecto, los estudiantes demostraron su entusiasmo, levantando pancartas con mensajes de memoria histórica y entonando consignas que recordaban que el 2 de octubre no se olvida.
Al llegar a la explanada, los participantes se congregaron alrededor de Ángel Gamaliel Cañedo Reyes, presidente de la FEUAS, quien dirigió un mensaje en el que evocó la historia del movimiento estudiantil de 1968.
“Una fecha que además de recordar una tragedia ocurrida en la plaza de las tres culturas, nos habla de la fuerza, valentía y convicción de toda una generación de estudiantes que decidieron no solo alzar la voz frente a la injusticia, sino también luchar para erradicarla”.
En misma línea, destacó que la FEUAS se mantiene como un espacio de unidad, organización democrática y liderazgo estudiantil, recordando que la historia y las luchas pasadas se reflejan en las oportunidades y derechos de los estudiantes de hoy.
“Si algo nos enseñó la historia es que cuando las y los estudiantes se unen no hay nada que lo impida o que los pare Hoy enfrentamos retos distintos, pero con una magnitud igual. Uno de ellos es el futuro de nuestra universidad, por lo que decimos con claridad que la FEUAS apoya la ingeniería financiera y universitaria que se está impulsando”.
Además, enfatizó que con este mecanismo pueden garantizar más oportunidades de becas, fortalecer las casas de estudiantes y ampliar el acceso a programas culturales, deportivos y académicos, asegurando que la universidad siga creciendo con visión de futuro y sin cerrar puertas a ningún estudiante.
Por su parte, Tamara Pacheco Castro, alumna de la Unidad de Criminalística, remarcó la semblanza de la Máxima Casa de Estudios y el valor de la identidad estudiantil.
“Nunca olvidaremos el 2 de octubre de 1968, un símbolo eterno en la lucha y la dignidad estudiantil en México. Como en todo nuestro país, cada universidad ha forjado su propia identidad. Nuestra casa madre, nuestra máxima casa de estudios, la UAS, remonta a sus raíces en el año de 1873 con Liceo Rosales”.
De igual manera, Lidia Quetzal Martínez, secretaria de vinculación de la FEUAS y Daniel Echeverría Domínguez, secretario de finanzas, ambos moradores de casas de estudiantes enfatizaron la importancia de cuidar y defender los espacios universitarios como herencia del movimiento de 1968.
“La UAS, a través de las casas de estudiantes, nos ofrece el cincel para extraer esa plata de la cual les hablaba al inicio, pulirla y convertirla en una gran joya. La educación es ese proceso por el cual ese apoyo que nos brinda la UAS es crucial”.
“La casa de la UAS es un espacio de formación social donde aprendemos que la educación no es un privilegio, sino un derecho. Quienes habitan la casa son herederos directos de las luchas del 68.”
Los jóvenes concluyeron con un llamado a la unidad y a la participación de los estudiantes para fortalecer la comunidad universitaria y garantizar oportunidades de crecimiento en cada una de sus funciones sustantivas.