Los Mochis, Sinaloa.- En medio de las festividades de Semana Santa y los tradicionales contis que se celebran en distintas comunidades del municipio de Ahome, ha comenzado a circular un fuerte debate entre ciudadanos, autoridades y guardianes de las costumbres sobre la forma en que las nuevas generaciones están llevando a cabo la representación de los llamados “Judíos” o Fariseos”, una figura clave en las tradiciones de esta temporada.
El tema tomó mayor relevancia tras registrarse varios pleitos, riñas y actos de desorden protagonizados por jóvenes durante las celebraciones, muchos de ellos portando máscaras y pidiendo dinero, una práctica que tradicionalmente tenía un profundo simbolismo, pero que, según denunciantes, ha sido distorsionada por algunos participantes.
Las críticas apuntan a que actualmente muchos jóvenes han convertido esta manifestación cultural en un espectáculo sin respeto, marcado por excesos, consumo de alcohol, bailes fuera de lugar, peleas y una evidente falta de cuidado hacia la vestimenta y el simbolismo de los Judíos, todo esto en busca de llamar la atención en redes sociales.
“Antes no se permitía mostrar el rostro, mucho menos hablar, como lo marca la tradición. Hoy es lo primero que hacen”, lamentan algunos adultos mayores de las comunidades, quienes crecieron con un estricto sentido de respeto hacia este personaje que representa la penitencia y el sacrificio durante la Semana Santa.
Ante este panorama, ha surgido la pregunta entre los habitantes y líderes culturales: ¿la tradición debe adaptarse a las nuevas generaciones o debe mantenerse el misticismo y el respeto que la caracteriza desde tiempos ancestrales?
Mientras algunos consideran que es necesario evolucionar para que los jóvenes se sigan involucrando, otros insisten en que lo que se está viendo no es una evolución, sino una banalización de un símbolo sagrado que forma parte de la identidad cultural y espiritual del norte de Sinaloa.
Autoridades locales y representantes culturales analizan posibles acciones para rescatar el valor tradicional de esta figura, sin cerrar la puerta a una convivencia respetuosa entre la herencia cultural y las nuevas formas de expresión juvenil